Vivimos en un mundo donde se prima la individualidad. Nos gustan que nos digan que somos únicos. Sin embargo, disentir, ser diferente asusta. De ahí que, trastornos como la normopatía vayan cobrando peso en nuestra sociedad.

¿Qué es la normopatía?

Según Christopher Bollas, la normopatía es “el impulso anormal hacia una supuesta normalidad”. Son personas que no trabajan su yo interior, su razón de ser. No exploran en sus inquietudes, en sus gustos, en su autoconocimiento. Sus esfuerzos se centran en la validación social.

Salirse de la norma les conlleva un gran sufrimiento. Sin embargo, la diferencia entre la norma y su propio “yo” inexplorado acarrea un vacío existencial. Son personas que no han conseguido desarrollar su propia personalidad. Se sienten vacíos. Siempre pendientes del grupo de WhatsApp, de la opinión generalizada. Son personas que no disienten por temor a no ser aceptados socialmente.

La normopatía es pasiva. Nos dejamos llevar. No sabemos cómo gestionar las voces críticas.

Las redes sociales han contribuido a generar este tipo de comportamientos. Ser uno más dentro de esa gran comunidad. La sobreexposición en redes sociales, medios de comunicación o publicidad que les entrega estereotipos de personas triunfadoras son palancas que conducen a la normopatía.  Es la tiranía de los “likes”.

Claves para identificar a una persona normópata

Los normópatas aceptan todo lo que su cultura señala como lo bueno, lo correcto. No cuestionan nada de esas creencias. Son personas que por el contrario juzgan abiertamente a aquellas personas que se cuestionan esos valores.

Han perdido el sentido crítico de la realidad. Acaban creando un falso “yo”. Actúan continuamente pensando en el exterior.

Son personas que sufren. No saben cómo hacer frente a la frustración, a la decepción, al fracaso, … Son personas que no han trabajado la inteligencia emocional. Han preferido ceñirse a la norma.

Son personas operacionales. Les cuesta reflexionar sobre los hechos, pararse a pensar. No saben cómo abrirse a su propio yo.  Navegan por la vida como lo hacemos por las aplicaciones móviles. Con pocas opciones para no perderse, usando las mismas herramientas que el resto. Y, sobre todo, huyendo de riesgos inesperados. La sorpresa, el descubrimiento no forman parten de sus aptitudes.

¿Cómo tratar la normopatía?

La normopatía se trata fomentando la individualidad. Enseñándole a descubrir la importancia de disentir, de reflexionar sobre nuestro entorno. Somo seres sociales en búsqueda de una aceptación colectiva. Sin embargo, el colectivo no debe estar por encima de nuestras propias creencias o inquietudes. Y es que no hay nada tan anormal como obsesionarse por ser normal.

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